Page 14 - BAT Literatura castellana
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                 NADA
1 El cuarto de mi tía comunicaba con el comedor y tenía un balcón a la calle. Ella estaba de espaldas, sentada frente al pequeño escritorio. Me paré, asombrada, a mirar la habitación porque aparecía limpia y en orden como si fuera un mundo aparte en aquella casa. Había un armario
5 de luna y un gran crucifijo tapiando otra puerta que comunicaba con el recibidor; al lado de la cabecera de la cama, un teléfono.
La tía volvía la cabeza para mirar mi asombro con cierta complacencia.
Estuvimos un rato calladas y yo inicié desde la puerta una sonrisa amis- tosa.
10 —Ven, Andrea —me dijo ella—. Siéntate.
Observé que con la luz del día Angustias parecía haberse hinchado, adquiriendo bultos y formas bajo su guardapolvo verde, y me sonreí pensando que mi imaginación me jugaba malas pasadas en las primeras impresiones.
15 —Hija mía, no sé cómo te han educado...
(Desde los primeros momentos, Angustias estaba empezando a hablar como si se preparase para hacer un discurso.) Yo abrí la boca para contes- tarle, pero me interrumpió con un gesto de su dedo.
—Ya sé que has hecho parte de tu Bachillerato en un colegio de monjas 20 y que has permanecido allí durante casi toda la guerra. Eso, para mí, es una garantía. Pero... esos dos años junto a tu prima —la familia de tu padre ha sido siempre muy rara—, en el ambiente de un pueblo pequeño, ¿cómo habrán sido? No te negaré, Andrea, que he pasado la noche pre- ocupada por ti, pensando... Es muy difícil la tarea que se me ha venido a 25 las manos. La tarea de cuidar de ti, de moldearte en la obediencia... ¿Lo
conseguiré? Creo que sí. De ti depende facilitármelo.
No me dejaba decir nada y yo tragaba sus palabras por sorpresa, sin com- prenderlas bien.
—La ciudad, hija mía, es un infierno. Y en toda España no hay una ciu- 30 dad que se parezca más al infierno que Barcelona... Estoy preocupada con que anoche vinieras sola desde la estación. Te podía haber pasado algo. Aquí vive la gente aglomerada, en acecho unos contra otros. Toda pru- dencia en la conducta es poca, pues el diablo reviste tentadoras formas...
Una joven en Barcelona debe ser como una fortaleza. ¿Me entiendes? 35 —No, tía. Angustias me miró.
—No eres muy inteligente, nenita. Otra vez nos quedamos calladas.
—Te lo diré de otra forma: eres mi sobrina; por lo tanto, una niña de bue- na familia, modosa, cristiana e inocente. Si yo no me ocupara de ti para todo, tú en Barcelona encontrarías multitud de peligros. Por lo tanto,
40 quiero decirte que no te dejaré dar un paso sin mi permiso. ¿Entiendes ahora?
248 Educaciónliteraria
CARMEN LAFORET
 1 Lee el texto de Carmen Laforet. Indica quién es el narrador y qué persona gramatical utiliza. Justifica tus respuestas con ejem- plos.
2 Indica quiénes son los personajes que participan en este fragmento.
3 Fíjate en el lugar; ¿dónde se de- sarrolla la acción? Localiza la descripción del espacio y di qué función tiene.
4 Fíjate ahora en el diálogo de los personajes e indica cómo se re- produce.
5 Localiza las precisiones del na- rrador sobre la gestualidad de los personajes. Di qué indican sobre éstos y su relación.
6 Explica qué averiguamos sobre cada una de las protagonistas a través del diálogo.
 









































































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